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Winston Lewis, Especialista en Ingeniería del Subsuelo

Lewis Group

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Fragmento de la entrevista realizada por el Ing. Winston Lewis para la Revista Civilízate de la Facultad de Ingeniería Civil de la PUCP, en diciembre del 2015. 

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¿A qué se debe el interés de emprender como ingeniero? 

Creo que mi interés llega por mi abuelo: él era un inglés especialista en calderos que vino en la época de la construcción de los ferrocarriles, donde trabajó en el ferrocarril del Sur de Perú. En Mollendo (Arequipa), estableció su familia y tuvo 4 hijos; uno de ellos fue mi padre Federico Lewis. En mi niñez, tuve la oportunidad de vivir con mi abuelo, quien me hablaba mucho de los ferrocarriles, también de contarme que en los cerros, en el territorio tenía demasiadas pendientes, por lo que se tenían que construir túneles para que los trenes puedan desplazarse. Además, mi padre tampoco ejercía de ingeniero; sino que él trabajaba para una firma comercial. 

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En ese entonces, poca gente estudiaba en universidades, pero eso no detuvo a mi padre y a mi abuelo donde, a pesar de no haber estudiado, ellos contenían mucho ingenio para resolver sus necesidades; algo que me llevó a adoptar igualmente a mi vida diaria debido a convivir con ellos, lo cual ayudó a desarrollar mi imaginación, y buscar soluciones innovadoras y creativas. En retrospectiva, considero que la profesión que nos exige este tipo de habilidades recae en la ingeniería, junto a la construcción de obras en el subsuelo, donde se requiere de mucha creatividad, inspiración y perseverancia para lograr el objetivo principal, siendo el concluir la obra producida.

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¿Por qué y cómo comencé a trabajar en esta especialidad?

Soy un ingeniero de la idea de que el conocimiento y la tunelería no se aprenden únicamente en clase, sino que hace falta hacerlo en campo, algo que forjó mi conocimiento y experiencia actual. Yo me gradué con una tesis de puertos, “dimensionamiento y diseño estructural del muelle de pescadores en el puerto de Chancay” en la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco. Como las oportunidades de trabajo eran escasas en ese entonces, tuve que entrar a una empresa con un contrato de 90 días como técnico en el laboratorio de tecnología del concreto durante el proyecto de la hidroeléctrica Charcani V. Esta obra fue totalmente subterránea, ubicada en la parte baja del volcán Misti, donde se trataba de 18 km de túneles con casa de fuerza en caverna. Cuando yo ingresé se estaban iniciando las excavaciones de las diferentes partes del proyecto.

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Durante mi estadía en la hidroeléctrica, aprendí mucho de los capataces que, generalmente, venían de las minas, al igual que los geólogos y mineros, pero en ese entonces, no había ingenieros civiles con experiencia en túneles. Me di cuenta de que los túneles para la minería son distintos a los túneles que corresponden a la construcción: en la minería, el único interés es extraer todo el mineral posible; no es importante el perfil de corte, y este proceso acaba cuando se termina la beta en explotación, además, debido a exigencias medioambientales, se debe rellenar con todos los relaves. 

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Por otra parte, los túneles civiles se tienen que construir bajo estándares y un tiempo de vida útil de por lo menos 60 años. Así que, debemos estar atentos a varios detalles, cuidar lo que colocamos, la calidad de materiales que empleamos y lo que gastemos sea realmente lo presupuestado. Asimismo, debemos cuidar el perfil del túnel y evitar no golpear mucho el macizo, por lo que responde a la elección, de manera óptima, acerca del diagrama de disparos en caso de los métodos convencionales.

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Lee la entrevista completa aqui: https://revistas.pucp.edu.pe/index.php/civilizate/article/view/16149/16571 

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Autores: Joel Arturo Mendoza Loayza y María Teresa Ruiz Salinas. La Molina, Lima, Perú.